Era oscuro el cielo ... oscuro y teñido de rojo.
La profecía cumplía así la voluntad del Dios Kahsta, tiñendo la noche de un fuego infernal a través del cual los temores de los habitantes del poblado.
Deslizando las telas a un lado dejé que el rojo inundara mi choza ...
El filo de mis armas se dibujaba contra la luz que arrojaba el cielo contra nuestro emplazamiento.
Poco a poco conseguí desperezarme, algo confuso por los ruidos y gritos que se promovían en el poblado.
Todos habíamos oído hablar de esa profecía pero nadie creía que fuera a ser cierta.... Desde que nuestro caudillo había fallecido en extrañas circunstancias, gracias a sus pecados carnales, según se comentaba, todo el mundo esperaba el fatídico día en que Kashta llegaría para reclamar lo que era suyo. Y ese día, había llegado.
Al salir a la fría noche me sorprendí de que nadie notaba mis manos temblorosas por el frío. Era raro...No recordaba una noche de junio tan fría como esa en mi vida. A mi al rededor todo parecía .... ¿muerto?
Mis vecinos iban, venían, hablaban, en desorden y en caos, sin ningún tipo de sentido .. ¿Qué pasaba aquí? ¿Es que todo el mundo estaba hechizado?
Continuará.
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